Los espíritus del Hain
- Fabiola Madrigal
- 26 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 29 abr 2020

Gusinde, 1923. El Hain era una ceremonia de iniciación practicada por el pueblo Selk’nam que habitaba en la Patagonia chileno-argentina, caracterizada por sus particulares espíritus ampliamente difundidos en nuestros días. Estas imágenes nos conducen a preguntarnos desde dónde surge esta forma de interpretar el mundo y cómo estos llegaron a ser la imagen que son. Por otra parte, esta ceremonia, era utilizada como una forma de mantener la organización social y para transmitir una visión de mundo a las nuevas generaciones.
¿Desde dónde nace este rito iniciático?
El mito nos habla de un tiempo dominado por las mujeres, un matriarcado que tomaba las decisiones y dirigía los destinos de los hombres, estos eran sometidos y debían realizar todas las tareas domésticas y de cuidado, además de proveer de comida. Las mujeres en cambio estaban a cargo de la planificación y tomaban las decisiones importantes, gozaban del poder y de la sumisión de los hombres, siendo el máximo referente espiritual la figura femenina de la luna.
La figura femenina más extraordinaria era Luna, ya que no sólo era una mujer chamán de inmenso ascendiente y la jefa indiscutida de las mujeres y, por ende, de los varones, sino que también era ella quien dirigía y decidía todo lo que sucedía durante la celebración del Hain.
El Hain nace entonces, desde una concepción femenina del mundo. A partir de allí se observan, interpretan y explican los misterios de la Vida y de la Naturaleza, tanto en el plano físico como en el plano espiritual: “Los hombres trabajaban desde el amanecer hasta la puesta del sol, mientras que las mujeres permanecían ociosas en la gran choza.” Probablemente desde esta “ociosidad”, surge la materialización de las ideas, cual proceso creativo que va dando forma a cada personaje, con sus atributos, cualidades, poderes y por supuesto, desde la imitación y reproducción a través del diseño, la línea y el color, logrando una síntesis y abstracción en imágenes que condensan la cosmovisión de toda una cultura manteniéndola en la memoria a través del tiempo:
“Desde épocas remotas está fijado el diseño para cada tipo de espíritu del Klóketen, y todas las generaciones se han atenido estrictamente a la distribución del color y al diseño”.
Estos diseños, nacen de la observación de las formas y organismos de la naturaleza (animales, peces, aves, rocas, estrellas, entre otros). Cada espíritu es representado como un personaje con atributos y características particulares. Es el caso de Halaháches o Kotaix:
“Halaháches, el payaso con cuernos...sus cuernos no representaban un toro, como podría creerse, sino más bien los de un pececillo cornudo (háchai), un antepasado metamorfoseado que había sido un famoso luchador y guerrero..."
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